Congreso estadounidense recomienda no usar equipos de ZTE y Huawei

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La administración sospecha de que los equipos ocultan sistemas de espionaje.

Los mayores fabricantes chinos de equipos de telecomunicaciones deben ser excluidos del mercado estadounidense ante la potencial influencia del Estado chino en ellos que plantea una amenaza a la seguridad, mostró un borrador del informe que una comisión parlamentaria del país norteamericano difundirá el lunes.

Los servicios estadounidenses de inteligencia deben enfocarse en los esfuerzos de Huawei Technologies Co Ltd y ZTE Corp para expandirse en el país norteamericano y decirle al sector privado tanto como sea posible acerca de la supuesta amenaza de espionaje, aseguró el borrador de la comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, basándose en una investigación de 11 meses a ambas firmas.

Huawei, firma controlada por sus empleados y que no cotiza en bolsa, es el segundo mayor fabricante por ingresos de routers, switches y equipos de telecomunicaciones después de la sueca Ericsson. ZTE ocupa el quinto lugar.

En el sector de la telefonía móvil mundial, ZTE ocupa el cuarto puesto y Huawei el sexto.

Huawei generó en torno al 4 por ciento de sus ventas como grupo en Estados Unidos, mientras que los ingresos estadounidenses de ZTE representaron entre un 2 y un 3 por ciento de su cifra total.

El grueso de los ingresos estadounidenses de ambas compañías proviene de la venta de teléfonos móviles a través de firmas estadounidenses, como Verizon, Sprint y T-Mobile USA.

"El impacto será bastante limitado si el reporte se refiere solo al equipamiento de telecomunicaciones, pero es otra historia si los dispositivos portátiles también son incluidos", señaló Huang Leping, analista de Nomura Securities.

En el mercado estadounidense de dispositivos portátiles, donde Apple Inc y Samsung Electronics dominan, ZTE se ubica en sexto lugar y Huawei octava, de acuerdo a cifras de la industria.

Firmas responden

El tema se produce un mes antes de una elección presidencial estadounidense, en la cual el impacto del crecimiento de china en el empleo del país norteamericano ha sido un tema de campaña y mientras Huawei evalúa una posible oferta pública inicial, dijeron fuentes, como parte de sus esfuerzos para disipar sospechas de que ha desestimado sus ambiciones en Estados Unidos.

Huawei ha analizado la idea de cotizar en bolsa durante años, pero hubo pocos progresos al respecto por su complicada estructura accionaria.

El portavoz de Huawei, William Plummer, rechazó las acusaciones del comité en un comunicado enviado a Reuters.

"Las sugerencias infundadas que indican que Huawei es de algún modo exclusivamente vulnerable a la malicia cibernética ignoran realidades técnicas y comerciales, amenazan imprudentemente los empleos estadounidenses y la innovación", resaltó.

"No protegen la seguridad nacional y deberían ser expuestos como peligrosas distracciones políticas en vez de iniciativas legítimas públicas-privadas para analizar cuáles son los desafíos cibernéticos globales y de la industria", agregó.

Por su parte, ZTE publicó una copia de una carta que envió a la comisión tras una audiencia en septiembre, citando un "profundo desacuerdo" con la acusación de que está dirigida o controlada por el Gobierno chino.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo que las firmas de telecomunicaciones del país operan de acuerdo a las reglas del mercado, instando a Estados Unidos a "hacer a un lado los prejuicios" en lo que respecta a ambas compañías.

El reporte borrador del panel estadounidense criticó tanto a Huawei y ZTE por no satisfacer sus pedidos de documentación, incluida información detallada sobre relaciones formales o interacción regulatoria con autoridades chinas.

Las empresas estadounidenses que piensan en comprar a Huawei deberían "encontrar otro vendedor si les importa su propiedad intelectual, la privacidad de sus consumidores y la seguridad nacional", subrayó el presidente de la comisión, Mike Rogers, en declaraciones en el programa de CBS "60 minutes".

El reporte citó lo que definió como riesgos de seguridad presuntamente vinculados a los equipos y servicios de las empresas chinas.

Según información clasificada y no clasificada, Huawei y ZTE -ambas con sede en Shenzhen, China- "no pueden ser confiables de estar libres de influencia estatal extranjera y eso implica una amenaza a la seguridad de Estados Unidos y nuestros sistemas", indicó.

Huawei y ZTE se han convertido rápidamente en "actores globales dominantes" en el mercado de las telecomunicaciones, que está entrelazado con controles computarizados para redes de suministro de energía eléctrica, sistemas financieros y bancarios, sistemas de gas, petróleo y agua y tránsito ferroviario y marítimo.