Es por este miedo que empresas como Xega, que comercializa chips subcutáneos para geolocalización, están haciendo su agosto entre la clase media y adinerada mexicana. Esta empresa calcula que este año sus ventas subirán un 13% y van es ascenso.
El chip, del tamaño de un grano de arroz, puede insertarse entre los dientes, ya que va envuelto en una funda de cristal, y emite ondas de radio detectables por el satélite. Cuesta unos 4.000 US$ más los 2.200 anuales por el servicio.