Jamie fue una de las muchas personas que fueron denunciados en su día por la Industria discográfica y cinematográfica de los EEUU. En concreto, 26.000 usuarios de internet.
No es el caso de esta mujer, madre de dos hijos. Le acusan de ofrecer 1702 músicas gratuitamente a través de Kazaa.
La RIAA pide al tribunal que Jamie sea declarada culpable de haber violado las leyes exigiendo una indemnización de entre 750 a 30.000 por cada fichero compartido. En caso de ser hallada culpable podría verse obligada a pagar 1,2 millones de dólares.
«Quisimos llegar a un acuerdo por mucho menos de la cantidad que la ley nos reconoce», dice el directivo de la RIAA, «aunque no fue posible».
Y es que a diferencia de otros demandados, Jamie estaba dispuesta a plantar cara a la RIAA, dijo su abogado.
«Muchos de los que acordaron pactos lo hicieron ante el temor de los elevados costes de un proceso que puede llevar a decenas de miles de dólares», explica un abogado que ha negociado este tipo de soluciones. «Esto desalienta a muchos y pagan aunque existan dudas sobre sus actos».
Ambas partes esperan la victoria. Para los abogados de Jamie, esto significaría que la RIAA ha actuado sin pruebas fehacientes sobre las personas a las que ha culpado. Para la RIAA, el proceso servirá para desalentar a los usuarios de las redes de intercambio demostrándoles que pueden acabar frente un tribunal si siguen practicando esa actividad.