La Comisión Europea “estudia” los contratos de distribución de Apple con las operadoras telefónicas

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Los reguladores antimonopolio de la Unión Europea (UE) están estudiando posibles cuestiones anticompetitivas que involucran la distribución del iPhone de Apple y sus ‘tablets’ iPad, según quejas informales de varios operadores de telecomunicaciones.

   Las quejas a la Comisión Europea ponen de relieve la batalla más amplia entre la industria de las telecomunicaciones y los proveedores de contenidos, como Apple y Google, que ofrecen nuevos servicios digitales que se ejecutan en los sistemas de telecomunicaciones.

   Un portavoz de la Comisión ha dicho este viernes que los reguladores de la competencia de la UE habían sido informados de las preocupaciones sobre la compañía mundial de tecnología más valiosa y sus prácticas de distribución para el iPhone y el iPad. "No ha habido quejas formales", ha dicho Antoine Colombani en una conferencia ordinaria.

   "En general, estamos siguiendo de cerca la evolución de este mercado. Nosotros, por supuesto, intervendremos en caso de que existan indicios de conductas anticompetitivas en perjuicio de los consumidores".

   Tres personas familiarizadas con el asunto dijeron que varias empresas de telecomunicaciones habían transmitido sus quejas a la Comisión.

   Su preocupación se centró en los términos comerciales en los contratos con Apple, dijo una de las fuentes, que pidieron no ser identificados debido a lo delicado del asunto. "Apple insiste en un cierto nivel de subsidios y de marketing para el iPhone", dijo la fuente, que no quiso ser identificada a las empresas que se habían acercado a la Comisión.

   Las ventas del iPhone de Apple suponen la mitad de los ingresos de la compañía. Una segunda fuente ha dicho que las empresas expresado su preocupación ante la Comisión el año pasado. La portavoz de Apple Natalie Kerris, ha asegurado: "Nuestros contratos cumplen plenamente con las leyes locales donde operamos, incluida la UE".

   No es la primera vez que Apple ha estado bajo el escrutinio de los reguladores antimonopolio de la UE. La compañía fue objeto de una investigación de casi tres años sobre sus prácticas en el negocio del iPhone.