Sin embargo, el joven de 26 años lleva un mes durmiendo en una silla reclinable en un cibercafé, desde que perdió su trabajo fijo y su apartamento.
No es un caso único. Los prppietarios de cibercafés han descubierto una nueva fuente de ingresos. Enfocados a los usuarios techies, ofrecen pequeños espacios para vivir. Disponen de conexión internet sin limites, duchas y microondas comunitarios, bibliotecas de manga y un comodo sillón reclinable para dormir.
El alquiler es mucho más barato que un hotel o el de un mini-apartamento equipado.