Microsoft se libera del "síndrome Vista"
Tras el fracaso de Vista, el reto de Microsoft era difícil. Estaba en la obligación de demostrar que no había perdido el carro de la innovación y que un tropiezo lo tiene cualquiera.
El lanzamiento de Windows 7 fue seguido con mucha expectación, eran muchas las esperanzas depositadas en la nueva versión del sistema operativo y había que ver si finalmente respondía a las promesas que había ido difundiendo.
Al cabo de unos meses ya puede asegurarse que Windows 7 ha sido todo un éxito y que los usuarios se muestran satisfechos con el rendimiento que les aporta a sus equipos.
Según datos de la propia compañía, desde el lanzamiento de Vista se han vendido 175 millones de licencias y un 16% de PCs de todo el mundo ya operan bajo esta nueva versión.
Una de las buenas noticias para Microsoft es que las ventas no provienen únicamente de equipos nuevos sino también de las actualizaciones que se están realizando en el entorno corporativo a fin de sustituir aquellos equipos que funcionaban con Windows Vista.
El gran escollo para Microsoft sigue siendo Windows XP. Los usuarios satisfechos con su rendimiento se aferran a esta versión y les cuesta actualizar a Windows 7. La fecha, aún lejana, del 2014 pondrá punto final a XP, uno de los mayores éxitos de Microsoft en su historia.
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