El reciente incidente con Google Voice puede ser solamente la punta del iceberg en la rotura entre dos empresas que hasta ahora se entendían a la perfección. El motivo: conflicto de intereses.
Guillem Alsina ([email protected]) – Este pasado lunes día 3, Eric Schmidt dimitía del consejo directivo de Apple. Además de pertenecer a la directiva de la compañía de Cupertino, Schmidt es el presidente y CEO de Google, la compañía fundada por Sergey Brin y Larry Page. Hasta hace poco, la sintonía entre las dos compañías era máxima, probablemente facilitada porque su gran rival común es Microsoft, y ya se sabe lo que reza la máxima: los enemigos de mis enemigos son mis amigos. Pero el buen entendimiento entre Google y Apple parece haberse roto casi del todo. El motivo, la progresiva entrada de Google como competencia directa de Apple en diversos mercados.
La complementariedad de las dos compañías hace unos meses era máxima: Apple tenía las computadoras, el sistema operativo y diversos productos de software que permiten al usuario acceder a Internet, gestionar su música, ver películas,... mientras que Google ponía el resto: un buscador que sirve como herramienta por defecto para Safari (el navegador web de Apple) y una serie de servicios online. Incluso diversos directivos (entre ellos el mismo Schmidt) eran compartidos por las dos empresas.
Pero entonces llegó Android, una plataforma para teléfonos móviles que proporciona sistema operativo, middleware y servicios, y que parecía ir dirigida a la línea de flotación de BlackBerry, Windows Mobile,... y el iPhone de Apple. Y la cosa no se quedó aquí: Chrome, el navegador web de Google, promete versión para Mac OS X (en la cual se está trabajando actualmente), con lo que también entra en conflicto con Safari. Y la última, la gota que ha hecho colmar el vaso, ha sido posiblemente Chrome OS, iniciativa con la que se considera que Google puede entrar en liza con Apple en el terreno de los sistemas operativos.
No obstante, el enfoque de ambas plataformas es distinto y no llega a tocarse en ningún momento: mientras que Apple diseña un sistema operativo de alto rendimiento para un rango limitado de hardware (las máquinas diseñadas por la misma compañía de Cupertino), Google está ultimando una plataforma que se orientará inicialmente a netbooks y a posteriori a PC's, para el uso de la cual será prácticamente vital disponer de una conexión a Internet para utilizar las aplicaciones y recursos online. Este último sistema será de bajo coste y orientado a usuarios finales con perfil de conocimientos bajo, mientras que el sistema de Apple se orienta a un público bien distinto, con necesidades más rigurosas y un mayor conocimiento técnico. No obstante, el enfrentamiento a muy largo plazo y en el supuesto de que una de las dos o ambas consiguieran batir a Microsoft, estaría asegurado.
La expulsión de Google Voice como aplicación aprobada en la App Store puede haber sido solamente un síntoma del problema que se ha manifestado con la dimisión de Eric Schmidt. Muchos hablan de una guerra en ciernes entre ambas empresas, aunque hay quien apunta a la investigación abierta por la FCC norteamericana sobre este tema como una posible causa de la maniobra de Schmidt, para no implicar a Apple y para que las investigaciones sobre conflictos de intereses entre ambas compañías sean las mínimas.
Tal vez, y desde un punto de vista muy retorcido, la expulsión de Google Voice de la App Store, vista por todo el mundo como una acción agresiva de Apple hacia la compañía del buscador, no sea más que un órdago para evitar que las autoridades federales norteamericanas investiguen posibles prácticas ilícitas de dominio del mercado por parte de las dos, ya que con este movimiento se da la imagen de conflicto latente entre ambas y no precisamente de buen entendimiento. Como ya he comentado antes, pese a que se considera que ambas pueden hacerse la competencia, sus respectivas plataformas están enfocadas a nichos de público distintos. ¿Habrán llegado Apple y Google a un acuerdo para repartirse el mercado que quieren camuflar?
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