Aunque el «top manta» sigue presente en las calles, su influencia sobre los consumidores es cada vez menor. Gracias al carácter anónimo y global de Internet, muchas personas apuestan ahora por este canal para adquirir todo tipo de productos falsificados a muy bajo coste.
En este gran bazar que es la Red se puede comprar ropa, calzado, juguetes, medicamentos, cosméticos o discos fraudulentos. Un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) revela que esta nueva práctica ha incrementado el volumen global del comercio sumergido hasta alcanzar los 150.000 millones de euros. Una cifra a la que habría que sumar los beneficios de la venta ilegal de música o cine.
El año pasado, en nuestro país se incautaron artículos piratas por valor de 158,5 millones de euros (frente a los 251 millones en 2005), de los cuales el 70% procedía de intervenciones a productos en propiedad industrial (ropa, textil, juguetes, etc.) y el 30% restante a mercancías aprehendidas en propiedad intelectual (discos, libros, DVD, juegos, etc.).
Por comunidades, Valencia se sitúa a la cabeza con el 18,5% de todo lo incautado, seguida de Andalucía (16,2%), Murcia (11,4%) y Cataluña (11%). Por debajo del 10% se situaron el resto de autonomías.
Los sectores más afectados fueron el textil y el calzado. Los accesorios de automoción, sobre todo embellecedores de automóviles, y los juguetes aparecen a continuación. La mayoría de los productos fueron retenidos en controles aduaneros de mar, polígonos industriales y venta ambulante ilegal.