EEUU: Crece el fraude en tarjetas telefónicas prepago

Según un informe de una organización de consumidores el comprador de las tarjetas solamente recibe el 60% de los minutos que le prometieron.

Hay múltiples recursos: tarifas por conexiones fallidas porque no respondió nadie o la línea estaba ocupada; tarifas por servicios posteriores a las llamadas y el cobro de 99 centavos al colgar; tarifas que suben si se hace más de una llamada; cobros por la activación y el mantenimiento de la tarjeta, y el cobro por tres o cuatro minutos de llamadas cuando solo se ha hablado unos pocos segundos.

En resumen, con frecuencia el cliente recibe muchos menos minutos que los que compró.

El Instituto Hispano, agrupación sin fines de lucro, calcula que por término promedio, el cliente recibe el 60% de los minutos que le prometieron y las compañías de tarjetas se quedan con un millón de dólares diarios en tiempo de llamadas que en realidad no fue usado.

Entre las víctimas figuran soldados que llaman desde el exterior y estudiantes extranjeros. Pero el sector más vulnerable a estas estratagemas son los inmigrantes que hablan poco inglés o no tienen ni los documentos ni el dinero para pagar por líneas telefónicas fijas o de celulares, y mucho menos por una computadora, para comunicarse con los seres queridos que dejaron atrás. Además, es poco probable que acudan a las autoridades si sienten que las han estafado.

"La gente que opera en los márgenes de la economía es la que generalmente es timada'', afirmó Pablo Bressan, consultor de telecomunicaciones y quien distribuye tarjetas prepagas en Miami. "Hay firmas que inescrupulosamente se aprovechan de minorías de bajos recursos, que no tienen acceso a servicios bancarios y de crédito y se sienten indefensas''.

Un elemento particularmente cuestionado es el que muchas empresas de tarjetas prepagas hagan publicidad en español, pero ofrezcan la información con los términos y condiciones para el uso de las tarjetas sólo en inglés, si es que lo ofrecen.

Gran parte de los usuarios de estas tarjetas apenas saben leer inglés y menos comprender los terminos legales que aparecen en las tarjetas que han adquirido y que leídas detenidamente delimitan cualquier responsabilidad para las compañías de tarjetas.

Defensores del consumidor sostienen que hay tantos abusos porque se trata de una industria que no ha sido regulada y tampoco se vigila el cumplimiento de las pocas normas vigentes.

"Estas empresas pueden fijar las condiciones que se les ocurra'', expresó Sally Greenberg, directora de la Liga Nacional de Consumidores.

La tarea se le facilita a los inescrupulosos porque no es necesario crear una red de telecomunicaciones para ofrecer un servicio de tarjetas prepagas. Bressan calcula que bastan 20.000 dólares para comprar minutos para llamadas de larga distancia y la plataforma de computadora necesarios para abrir un negocio. Algunas empresas simplemente redistribuyen las tarjetas que ofrecen otros.

No es de extrañar que la serie de mafiosos "Los Soprano'' tuviese un episodio en el que Tony Soprano dirige una estafa a base de tarjetas prepagas.

Las autoridades están poniéndose firmes y exigiendo a las empresas que informen sobre las tarifas que cobran. Pero defensores del consumidores afirman que eso no basta.

"Es la responsabilidad del gobierno proteger a los más vulnerables, de quienes se aprovechan estos delincuentes'', expresó el senador de la Florida Bill Nelson, quien presentó un proyecto de ley por el cual se exigiría a estas compañías que revelen claramente los minutos disponibles en una tarjeta y las tarifas que cobran.

Para Sally Greenberg esas medidas no son suficientes. "La divulgación de la información pertinente no alcanza, y estos proyectos contemplan solo eso, la divulgación de datos'' (...) "El que se le informe al consumidor que lo están estafando no ayuda en nada''.

Michael Acevedo, director de CVT Prepaid Solutions, empresa que llegó a un acuerdo con la fiscalía de la Florida tras ser investigada por sus prácticas, dijo que los manejos cuestionados no son exclusivos de las tarjetas prepagas y que, a pesar de todo, "estas tarjetas ofrecen el servicio más económico a los consumidores que quieren comunicarse con sus seres queridos''.

James Courter, director de una de las firmas de tarjetas más importantes, IDT, sostuvo que las acciones de unas pocas empresas que consiguen dinero en forma fraudulenta y luego desaparecen están afectando a toda la industria. Agregó que las compañías serias a menudo no puden ofrecer lo que ofrecen firmas que prometen mucho más que lo que entregan.

IDT, firma con sede en Newark, Nueva Jersey, estima que sus ingresos son hoy un 40% más bajos que los del 2006 debido a la competencia desleal

En la última década, las tarjetas prepagas dieron lugar a una lucrativa industria que mueve 4.000 millones de dólares y representa una herramienta vital para que los inmigrantes se comuniquen con las familias y amigos que dejaron en sus países. Las llamadas con tarjetas son más baratas que las comunicaciones normales y son habitualmente utilizadas por los emigrantes para llamadas a larga distancia.

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