Las leyendas urbanas, como los viejos rockeros, nunca mueren en Internet y buena prueba de ello es un pseudoinforme sobre la supuesta escasa inteligencia del presidente de Estados Unidos, George W. Bush, que ha resurgido de sus cenizas para recordar los riesgos de esta era virtual.
EFE.- El responsable indirecto de la resurrección del estudio falaz, del que se hicieron eco varias páginas web de diarios latinoamericanos y también Efe, fue el «enemigo número uno» de Bush en Latinoamérica: el presidente venezolano, Hugo Chávez.
Chávez, de «contragira» por la región para restar protagonismo a la visita de Bush a cinco países de la zona, aprovechó su paso reciente por el estadio de fútbol Ferro de Buenos Aires para mofarse de la supuesta escasa capacidad intelectual de su rival.
«Ví hoy una nota curiosa que me mandó Fidel, por cierto (…) Hoy me llegó vía La Habana un bloque de noticias(…) El presidente Bush es el presidente con más bajo coeficiente intelectual en toda la historia de EEUU», dijo el mandatario venezolano ante una audiencia que aplaudió sus ocurrencias en la noche del pasado viernes.
Y a partir de ahí comenzó el torbellino.
Varios medios reprodujeron el análisis del Instituto Lovenstein, un centro inexistente, cuya única fachada es una página de internet (en la dirección: http://lovenstein.org) con el eslógan de «el fin de nuestras vidas comienza cuando permanecemos callados ante asuntos que importan».
La sección de «informes» de la página la encabeza el estudio sobre el cociente intelectual de Bush, el más bajo de cuantos presidentes han dirigido este país en los últimos 60 años, según el instituto fantasma, que se autodefine como un «centro de estudios» que cuenta con prestigiosos historiadores, psiquiatras, sociólogos y psicólogos.
Lo cierto, sin embargo, es que ninguno de los brillantes académicos citados en el análisis existe y que entre los millones de Institutos que hay en EEUU no hay ningún «Lovenstein».
Pero sí existe una página de Internet con apariencia creíble con este nombre que se actualiza a diario.
«El problema con estas historias es que suelen ser muy interesantes y creíbles», dijo a Efe Aly Colon, analista del Instituto Poynter, un prestigioso centro dedicado a la formación de periodistas, quien señala que «las leyendas urbanas se repiten con frecuencia».
El artículo sobre la raquítica inteligencia de Bush, tema recurrente entre los comediantes de televisión estadounidense, circula en la web desde el 2001.
Patrick Boyle, profesor de la Universidad de Maryland y creador de una página web sobre «hoaxes» (engaños) virtuales, explicó a Efe que el éxito de las historias prefabricadas radica, en gran medida, en su capacidad para confirmar un estereotipo.
«Es decir, un informe que mencione que el presidente Richard Nixon tuvo un romance extramarital tiene menos posibilidades de resultar creíble que otro que diga lo mismo sobre Bill Clinton», destacó Boyle.
Y el «hoax» del «Instituto Lovenstein» confirmaba un estereotipo muy extendido, el de la escasa materia gris de Bush. Una búsqueda en Google con los términos «George W. Bush» y «stupid» (estúpido en inglés) ofrece cerca de un millón y medio de resultados.
En la larga lista figura una compilación de «bushismos», del periodista Daniel Kurtzman, que incluye «las cosas más estúpidas dichas por Bush» y un artículo del profesor de Oxford, Richard Dawkins, en el que afirma que «Bush no es tan estúpido como suena y bien sabe Dios que no puede ser tan estúpido como parece».
De ahí que periódicos como el británico «The Guardian» picasen el anzuelo en el 2001, cuando el «estudio» vio la luz, y que también lo hiciesen otros medios como «Pravda» (Rusia), «Bild» (Alemania) y varios pequeños rotativos de EEUU.
«El problema con internet es que las mentiras no mueren», apuntó Boyle.
La página de Boyle no es la única que se dedica a desmontar leyendas urbanas.
El sitio web «About» tiene también una sección destinada a «leyendas urbanas y folclore» (http://urbanlegends.about.com) que incluye una lista de las 25 leyendas más populares de la semana pasada y que encabeza «Demi Moore y el delfín amoroso«, una historia sobre el supuesto interés sexual que la actriz despertó en un inocente delfín.