ORANGE reconoce la decisión del socio de rescindir el contrato de licencia de marca y volver a la marca de sus actividades de conformidad con los términos y condiciones del acuerdo de junio de 2015 y al mismo tiempo podrá utilizar su marca ORANGE en cualquier otra actividad en el país.
El acuerdo permitía a ORANGE recibir unos ingresos por el uso de su marca, unos ingresos que dejará de recibir y una finalización de contrato que no es completamente legal y compatible con el contrato firmado por la filial francesa y dicho operador que lidera el segundo puesto en móvil en Israel. ¿El motivo? Pues parece ser que su socio en Israel Partner Communications tomo dicha decisión pocos días después de unas palabras de su jefe ejecutivo.
Y es que Stephane Richard dijo que terminaría ya mismo su acuerdo en Israel si fuera por el, unas palabras que no sentaron bien al gobierno de Israel que protestaron al propio gobierno de Francia pese a disculparse públicamente poco después. En cualquier caso la compañía israelí percibirá 50 millones de euros para cerrar el acuerdo sin problemas.
La realidad es que una marca no puede meterse en política y hacerlo puede tener sus consecuencias directas: Según una investigación Orange habría supuestamente participado en sistemáticas violaciones de los derechos de los palestinos algo que puede que explicará las palabras de Stephane Richard.
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