"Geolocalización", la palabreja de moda del 2011

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En un momento en el que el anonimato cotiza a la baja, proliferan las plataformas de geolocalización que permiten a los usuarios de 'smartphones' situarse en el mapa y ser encontrados por sus amigos, saber si en el bar donde estás hay un seguidor de tu equipo de fútbol o alguien que quiera ligar contigo.

Estas aplicaciones, que combinan el GPS con los mapas digitales, no sólo tienen funciones de márketing y publicidad móvil: recibir información de algún restaurante cercano o de una tienda que ofrezca productos o servicios de tu interés cuando pases a su lado, como mostraba la premonitoria 'Minority Report' de Steven Spielberg, donde el personaje de Tom Cruise era interpelado por las marcas de los paneles de anuncios con los que se cruzaba por la calle.

Además, el geoposicionamiento -más allá de ser útil para moverse en coche- se ha convertido en una herramienta de las redes sociales que en tiempo real te sitúa geográficamente allí donde estés, una forma de afirmar: 'aquí y ahora estoy yo' explica Sandra Sieber, profesora de sistemas de información del IESE, para quien buscar una aguja en un pajar es cada vez más fácil.

Foursquare, Google Latitude, Facebook Places, Gowalla.... son los nuevos juguetes que ayudan a muchos ciudadanos a indicar donde se encuentran, ya sea por ocio -en un concierto lleno de miles de personas- como por trabajo, cuando están esperando en un aeropuerto y quieren saber si hay algún conocido por allí para charlar.

Es simple: localizan en un mapa digital a personas que forman parte de una misma red social. Y quien dice personas, dice también, tiendas, servicios o la información de los monumentos y edificios junto a los que paseamos cuando hacemos turismo por una ciudad.

Muchos jóvenes utilizan estas aplicaciones cuando salen de fiesta. Si tienen a sus amigos repartidos por la ciudad van dejando su 'huella digital' para indicar dónde están ellos, en vez de tener que hacer una llamada o mandar un sms.

Otro colectivo que suelen estar muy abierto a las nuevas tecnologías aplicadas a las relaciones sociales es el gay. Grindr es una aplicación para móviles con gps dirigido al público homosexual, que incorpora un perfil de cada usuario, y que informa de todas las personas de esta misma condición sexual que hay a su alrededor -siempre que cuenten con el dispositivo- y a cuántos metros se encuentran, una vía sencilla para ligar o hacer amigos.

Las utilidades de la geolocalización son realmente variadas: saber cuánto tiempo tardará en llegar el autobús que esperas en la parada o cuál es la ruta más corta en transporte público desde donde estás (TMB Virtual) o relacionar a hinchas de un mismo equipo en cualquier lugar del mundo, una posibilidad que ofrece 'Glocal Fans Soccer', aplicación desarrollada por la empresa catalana InQBarna.

Si un fan blaugrana en Pekín quiere ver un partido del Barça vía satélite acompañado de un colega, sólo debe usar esta herramienta.

No obstante, toda tecnología tiene riesgos, en este caso sobre la privacidad, ya que pueden dejar un rastro indeseado, lo que genera las suspicacias de muchos usuarios que ven peligrar su intimidad.

Aunque, hay aplicaciones más respetuosas con la privacidad -que sólo se activan cuando lo desea el usuario- otras son mucho menos discretas, y el GPS va delatando tus movimientos, lo que genera sorpresas inesperadas: '¿Cómo se ha enterado éste de que estoy aquí?', subraya la profesora del IESE.

Pau Alsina, profesor de Estudios de Artes y Humanidades de la UOC, recuerda que los usuarios se encuentran aún en un proceso de aprendizaje sobre lo que se debe o no se debe comunicar, y que hay casos de ingenuos individuos a los que han despedido por informar por una de estas plataformas de que estaban en una fiesta cuando debían estar trabajando.

'La gente irá aprendiendo de forma progresiva, hay una clara colisión entre tu voluntad de publicidad y tu derecho a la intimidad', remarca el profesor de la UOC.

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