Nace una nueva adicción ‘techie’: el iPhone

Como reloj, para navegar por Internet, de GPS, para escuchar música, como reproductor de vídeos o cámara de fotos, para entrar en redes sociales, para jugar… Y, claro, como teléfono. Son múltiples los usos que pueden dársele al iPhone, tantos que muchos de sus propietarios olvidarían antes su cartera que el teléfono de Apple.

Parece ser que al igual que la propia Internet o algunos videojuegos -ya existen países que luchan contra ella con clínicas o tratamientos específicos-, el iPhone de Apple puede ser adictivo. Así lo revela un estudio de la Universidad de Stanford realizado entre 200 estudiantes que poseían un iPhone, según recoge ‘Portaltic.es’ de la página web de ‘Live Science’.

Uno de cada diez de los encuestados se calificó a sí mismo como adicto al dispositivo, y eso tendiendo en cuenta que el 70% disponía de él desde hace menos de un año. Un dato que revela una de las tendencias más interesantes que ha mostrado la investigación: la rapidez con la que el teléfono inteligente de Apple puede convertirse una parte indispensable de la vida de sus usuarios. De esta forma, muchos de ellos reconocieron que «se perderían sin él».

Según los datos del estudio, el 85% de los estudiantes encuestados utiliza el teléfono como su reloj y el 89% como despertador. De hecho, el 75% reconoció haberse dormido con el iPhone en la cama, y el 69% afirmó que era más propenso a olvidarse la cartera en casa que su teléfono. Algo que no suena extraño si te tiene en cuenta que, tres de cada diez no adictos está preocupado por llegar a serlo.

Además, el 15 por ciento de los encuestados ha reconocido que el disponer del iPhone le ha convertido en «adicto a los medios de comunicación»; no en vano, para la cuarta parte el teléfono inteligente supone su «puerta al mundo». Quizá sea éste el motivo por el que cuatro de cada diez piensa que perderlo sería «una tragedia».

EL IPHONE, UNA EXTENSIÓN DEL CUERPO.

El director del estudio y profesor de Antropología en Stanford, Tanya Surman, señala como uno de los resultados más llamativos de la investigación la forma en que los estudiantes identifican su iPhone, ya que éste «contenía tanta información personal que se convirtió en una especie de extensión de la mente y captura parte de su identidad».

En esta línea, casi la cuarta parte de los encuestados declaró que sentía el teléfono de Apple como una extensión de su cerebro o de su cuerpo. Este dato explica la tendencia a tratarlo de una manera diferente al resto de aparatos electrónicos, asegurando así en el 3% de los casos que no dejarían que un extraño lo tocara.

Es más, el 3% reconoció haber dado un nombre a su iPhone y el 9% haberlo acariciado en alguna ocasión. Además, el 8% admitió que había pensado en algún momento que su iPod tenía celos de su iPhone.

Por último, y celos entre dispositivos de Apple aparte, lo que sí quedó demostrado con los resultados del estudio es que el iPhone puede crear problemas conyugales ya que, en el 7% de los casos los estudiantes aseguraron que tenían un compañero de piso o una pareja que se había sentido abandonada por el uso intensivo que hacía del teléfono.

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