NBA: ¡Vaya Ruina!

NBA logoUn estudio de la Asociación de Jugadores de la NBA establece que el 60% de los jugadores de la Liga estadounidense están en situación de bancarrota cinco años después de su retirada.

Latrell Sprewell está en la ruina. Un jugador cuyas ganancias en su carrera superan los 96 millones de dólares, que incluso desechó en su último año de contrato una oferta de 21 millones de dólares por tres temporadas, ha tenido que vender su casa de Milwaukee para poder pagar los 1,3 millones de dólares que acumula en deudas. Pero no es el único.

Scottie Pippen, fiel escudero de Michael Jordan en los Chicago Bulls y elegido entre los 50 mejores jugadores de la historia de la NBA, está en bancarrota. Se estima que ha dilapidado ya cerca de los 120 millones de dólares que ganó en su carrera, y es que en los últimos cinco años, ha perdido 27 millones de euros realizando malas inversiones. Parece que nunca ha sido un hombre de negocios, pues en el año 2000 perdió otros 17 millones de dólares al financiar varios negocios ruinosos. El jugador lo hemos visto últimamente jugando partidos en Finlandia, para poder hacer algo de dinero rápido.

Jason Caffey y Manute Bol son dos de los otros jugadores que malviven después de ganar millones de dólares en la NBA. El caso más sangrante, es jugadores como Kenny Anderson, considerado uno de los mejores bases de los años 90, que durante el cierre patronal (1998-1999) tuvo que vender uno de sus coches (poseía un Porsche, un Lexus, un Range Rover y un Mercedes) para poder vivir durante los 3 meses que duró el parón liguero. Tuvo que pasar alguna noche durmiendo en el pabellón, al igual que otro jugador, Andray Blatche, y eso, que a diferencia de los otros jugadores citados, Anderson aun estaba en activo, y por lo tanto, su fuente de dinero seguía intacta.

Los casos señalados demuestran que el despilfarro no es fruto de los nuevos tiempos, de la cultura gangsta, sino que también existía en jugadores que estudiaron en la Universidad. Como anécdota, explicar que Sir Charles Barkley, el día después de ser escogido en el draft se compró seis coches, aunque Moses Malone y Julius Erving le obligaron a devolver cinco de ellos. Como señaló en su tiempo Cedric Maxwell: No sólo competíamos en la cancha. También lo hacíamos en el vestuario a la hora de tener el mejor coche, la mejor casa o el mejor traje. no teníamos límites. Vivíamos al día. Pensábamos que el dinero iba a durar siempre".