RIM se juega su futuro con el lanzamiento del BlackBerry 10

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Antigua líder del mercado de los teléfonos inteligentes, eclipsada por Apple y Samsung, la canadiense Research in Motion se juega el futuro esta semana con el lanzamiento de su nueva gama de teléfonos y su nuevo sistema operativo, BlackBerry 10.

La compañía, cuyas ventas han descendido brutalmente en los últimos cinco años, convocó para el miércoles a periodistas y analistas a un gran lanzamiento de sus nuevos dispositivos en Nueva York, que será transmitido simultáneamente en Toronto, Londres, París, Johannesburgo y Dubai.

El lanzamiento, que tendrá lugar un año después de la partida de dos de los fundadores y codirigentes de RIM, Jim Balsillie y Mike Lazaridis, será una prueba de fuego para el actual director ejecutivo de la compañía, Thorsten Heins.

Utilizando el vocabulario de su gran rival Apple, este alemán -quien también pasó por la firma Siemens- debe llevar adelante una «Keynote», una presentación magistral de los nuevos productos BlackBerry, lanzados con tres años de retraso con respecto a las previsiones iniciales.

«Nos hemos tomado el tiempo para construir una plataforma fiable para los próximos diez años», explicó recientemente Heins al periódico alemán Die Welt.

«La dirección sabía que tenía solo una posibilidad para sacar este producto y que en términos de investigación y desarrollo no estaban en el punto», explicó a la AFP François Morin, presidente de la consultora canadiense M2M Digital.

Este retraso ha sido costoso para la empresa establecida en el sur de Toronto: su participación en el mercado descendió del 10,3% al 6% entre 2011 y 2012, según la consultora IDC, siendo superada incluso por Nokia y HTC. Por el contrario, Samsung consolidó su liderazgo en el área de los teléfonos inteligentes con el 39,6% del mercado, del que Apple obtuvo, por su lado, una cuarta parte.

«La partida no está perdida, pero esta es la última oportunidad para RIM», consideró François Morin, quien recientemente vio el nuevo BlackBerry.

En su mejor momento, en 2008, la acción de RIM tenía un valor de 144 dólares. Entre la llegada del iPhone y repetidos fracasos a nivel mundial, el título se cotiza ahora a alrededor de 18 dólares, lo que marca, no obstante, una subida de más del 160% en seis meses.

Con el objetivo de frenar las pérdidas y convencer al mercado y al público de que RIM no dijo aún sus últimas palabras, el grupo ha dado las semanas recientes información acerca de los nuevos teléfonos.

El teclado físico, que era la fortaleza de los BlackBerry, se conserva, pero algunos dispositivos harán lugar además a teclados táctiles.

El nuevo sistema operativo, muy esperado, permitirá utilizar hasta ocho aplicaciones al mismo tiempo, lo que es imposible con los iPhone de Apple.

RIM ha dicho esta semana que su nuevo navegador de internet, basado en la tecnología HTML5, permite una buena integración de los contenidos multimedia e interactivos.

Blogs especializados también han informado que será posible reproducir en los nuevos teléfonos contenido Flash, lo que tampoco puede hacerse en los iPhone y iPad de Apple, por diferencias con la compañía Adobe, creadora del formato.

También será posible pagar las compras con los BlackBerry gracias a un acuerdo de la compañía con Visa.

Sin embargo, aún existen interrogantes sobre las aplicaciones: Apple ofrece más de 700.000, diez veces más de las disponibles en BlackBerry World, el nuevo portal de RIM para descargar estos mini-software, desde donde se podrán descargar también -otra novedad de la compañía- videos y música.

Para combatir este retraso, los ejecutivos de RIM «incluso han pagado a los programadores para convertir sus aplicaciones para (que puedan utilizarse en los teléfonos) BlackBerry», dijo François Morin.

¿BlackBerry logrará ponerse de moda de nuevo? Parece posible recuperar a los hombres de negocios, que «siempre vieron al iPhone como una herramienta de entretenimiento», sostuvo Morin.

Para el director ejecutivo de RIM, «lo que importa por el momento es lanzar BlackBerry 10 con éxito», según dijo a Die Welt. Lo que suceda luego se verá «más adelante», sentenció.