Ocurrió cuando estaban en plena campaña por la Casa Blanca. Entonces, ambos candidatos recurrieron al FBI, quien responsabiliza del ataque a una entidad extranjera.
Durante el último verano de Estados Unidos un grupo de hackers robó información confidencial de las computadoras de los entonces candidatos presidenciales, Barack Obama y John McCain. Los servicios de seguridad del país y el FBI se encargaron de investigar el caso, y culpan del ataque a un organismo extranjero.
Al notar un problema en la máquina, un miembro del equipo de Obama acudió al Servicio Secreto y al FBI, creyendo que se trataba de un virus informático. Pero los agentes le explicaron que una gran cantidad de información había sido sustraída de la computadora.
Los agentes también informaron que la máquina de Obama no había sido la única afectada, ya que su opositor, McCain, había sufrido el mismo problema.
Las investigaciones de los servicios de seguridad apuntan a que una entidad del exterior tomó la información, para luego utilizarla en una negociación con el nuevo primer mandatario.