San Francisco ha ordenado el cese de las operaciones de una aplicación móvil que permite a la gente subastar sus plazas de aparcamiento público, en un reflejo del choque entre las nuevas tecnologías y los intentos de las autoridades por mantener la ley y el orden, la seguridad pública y un sentido del decoro.
La aplicación, llamada Monkey Parking, permite a los conductores que consiguen un codiciado hueco para aparcar en San Francisco venderlo por 5, 10 e incluso 20 dólares, y luego esperar allí hasta que el comprador llega para ocupar la plaza.
"Es ilegal, pone a los conductores en riesgo de pagar multas de 300 dólares y crea un agresivo mercado privado de plazas de aparcamiento públicas que los habitantes de San Francisco no tolerarán", afirmó el lunes en un comunicado el abogado municipal Dennis Herrera, ordenando que la compañía tecnológica, con sede en Roma, detenga sus operaciones en la ciudad.
Otras dos empresas recibirán notificaciones similares, señaló.
Las autoridades estatales y federales han chocado con nuevos servicios que permiten a la gente sustituir a título privado a taxis, hoteles e incluso restaurantes.
La batalla iniciada contra Monkey Parking recuerda la iniciada contra Uber, Lyft y Sidecar que según la administración municipal operan de forma ilegal cuando recogen a alguien en el aeropuerto.