Un ciudadano alemán que asustó a sus vecinos al arrojar su ordenador por la ventana en mitad de la noche pudo marcharse libre de cargos, gracias a un policía que simpatizó con sus frustraciones técnicas.
El policía de la ciudad de Hanover declaró que no presentarían cargos, después de haber acudido en respuesta a las llamadas de los residentes del bloque de apartamentos, a los que despertó un sonoro golpe en la madrugada del sábado.
Los oficiales encontraron el suelo de la calle cubierto de componentes electrónicos, y descubrieron quién era el responsable.
Al ser preguntado acerca de qué le había llevado a aquel arrebato nocturno, el hombre, de 51 años, dijo que sencillamente se había enfadado con su ordenador.
«¿Quién no se ha sentido así alguna vez?», se preguntó un portavoz de la policía. A cambio de librarse de una sanción oficial, se ordenó al hombre recoger los restos de su ordenador.