La afirmación de que cada signo del Zodíaco esté asociado con una constelación ha provocado numerosas discusiones a lo largo de la historia.
Básicamente, el Horóscopo occidental es una medida circular, una escala de 360 grados dividida en doce secciones de igual medida. Cada una de estas partes cuenta con ciertas características que se basan en las cualidades asociadas con los elementos.
Como afirma la tradición, se cree que el universo entero está compuesto de los elementos fuego, aire, agua y tierra. Estos cuatro elementos representan los rasgos básicos de los signos y otorgan la personalidad y el temperamento de cada uno de ellos. De esta forma, el fuego, el aire, el agua y la tierra pueden considerarse principios básicos de vida.
Fuego: Las personas regidas bajo los signos de fuego (Aries, Leo y Sagitario) son impulsivas y espontáneas, y aplican su energía con todo su corazón. Su repuesta emocional es rápida y tienen una imaginación vivaz.
Aire: Las personas regidas bajo los signos de aire (Libra, Acuario y Géminis) son rápidas y animadas, y aplican su energía de diferentes formas e intensidades. Tienden a intelectualizar sus sentimientos y expectativas.
Agua: Las personas regidas bajo los signos de agua (Cáncer, Escorpio y Piscis) son extremadamente sensibles. Viven vidas imaginativas y emocionales, muy ricas y profundas.
Tierra: Las personas regidas bajo los signos de tierra (Capricornio, Tauro y Virgo) son lentas y perseverantes a la hora de reaccionar. La serenidad y la paz interior que poseen les hacen estar enraizados a su vida y ser poco propensos a los cambios bruscos.