Un escritor «feo» propone que los guapos paguen un impuesto a la belleza

Un impuesto a la belleza es la solución y la cruzada particular que ha emprendido un escritor argentino que, en el libro «¡Feo!», propone «compensar los padecimientos que sufren quienes no son agraciados».

Agencias – Gonzalo Otálora, de 31 años, ha desplegado su campaña varias veces frente a la sede del Gobierno y propuesto al presidente del país, Nestor Kirchner -al que considera «poco atractivo» y por ello más cercano a la causa- que el dinero recaudado por este impuesto se utilice para «subsidiar a los feos y reparar así su sufrimiento».

«Sé que es difícil que el Estado apruebe algo así y más cuando asuma Cristina (Fernández de Kirchner como gobernante el 10 de diciembre próximo), que en todo caso está más cerca de designar a un ministro de la moda, pero con esta campaña lo que pretendo es despertar a la sociedad y entablar un debate sobre este tema».

Otálora, que se incluye en el grupo de los menos agraciados, aseguró que en Argentina «los lindos tienen un mejor trato que los feos, que deben padecer desde el rechazo de las chicas hasta la falta de seguridad para afrontar entrevistas de trabajo».

Según subraya, en el país sudamericano «las personas son clasificadas según se acerque su belleza al prototipo de los modelos que aparecen en televisión» y este exacerbado culto a la imagen da lugar a fuertes discriminaciones.

En el colegio, los compañeros de primaria del autor de «¡Feo! por primera vez la historia no la escribe un lindo» le otorgaron los galardones de el «más feo», «el peor vestido» y «el idiota del aula», según recordó. Cansado de tanto desprecio, Gonzalo resolvió apuntarse al gimnasio e incluso someterse a una cirugía estética, pero ni estas drásticas decisiones lograron devolverle su autoestima, dañada por años de agravios y plantones «en cada esquina de Buenos Aires».

Ahora, Otálora grita que ha llegado la hora del «feo-sexual», aquel que desafía los estereotipos estéticos con personalidad, sentido del humor y autoestima alta, que no le teme al fracaso laboral, amoroso, ni sexual y que utiliza los rechazos para aprender y superarse.

Según el autor, ha nacido un nuevo prototipo de hombre, un espécimen para el que «la búsqueda de belleza es la antítesis de su existencia y disfruta de una vida disociada del espejo y la balanza, sin angustias, sin complejos y sin comparaciones estéticas».

Otálora, que señala que nació en el «outlet» de la sociedad, enfatiza que «la belleza ideal es una estafa» que tiene como único objeto angustiar a la gente para consumir más productos y solicita un paquete de medidas de protección al feo.

Entre las posibles soluciones, se encuentran un cupo del 30 por ciento de la plantilla de cada empresa reservada a las personas que no cuentan con «buena presencia», la regulación de los desfiles de moda y publicidad para que incluyan todos los perfiles o el uso moderado del programa informático «Photoshop».

Para ello, el escritor y «erotólogo» argentino ha puesto en marcha proyectos de ley, reclamaciones judiciales apócrifas, recolección de firmas y campañas publicitarias en los medios de transporte.

Asimismo, propone a los cibernautas que suban a su página web, www.vxv.com/feosexual, vídeos bajo la consigna «Para terminar con la idea de cuerpo perfecto, por el fin de la belleza ideal».

Además, por estos días Otárola está llevando a cabo una serie de reuniones con el Ministerio de Educación argentino con el fin de desarrollar una campaña contra la violencia escolar.