Virgin se desprende de sus tiendas de música

Virgin-megastoreEl grupo Virgin, propiedad del magnate británico Richard Branson, vendió su famosa cadena de establecimientos de música Virgin Megastore del Reino Unido e Irlanda a un equipo de directivos de la propia compañía.

Según un comunicado hecho público hoy por el grupo, que no reveló el precio de la operación, el comprador de uno de los negocios que más contribuyeron a la subida del imperio de Branson es el equipo Zavvi Entertainment Group, liderado por el director general de Virgin Megastores, Simon Douglas, y el director financiero, Steve Peckham.

Durante el próximo mes, los 125 establecimientos de música y vídeo de Virgin en el Reino Unido e Irlanda pasarán a llamarse Zavvi, pero el negocio continuará funcionando bajo el mismo equipo que hasta ahora lo dirigía.

"Este acuerdo asegura un futuro exitoso para Zavvi y para las 2.500 personas de la plantilla. Creemos firmemente que, a pesar de la competencia, hay aún cabida en un mercado cada vez más homogéneo para un especialista en entretenimiento independiente que da prioridad a los clientes, los productos, el servicio y a su personal", dijo hoy Douglas.

El empresario añadió que el acuerdo, que pone fin a más de 30 años de vinculación entre Branson y la venta al por menor de música, y que no supondrá despidos ni cambios en la plantilla.

La música ya no le interesa

"En los seis últimos años nos hemos ido desprendiendo de los negocios de venta de entretenimiento al por menor y ya no figuran en los planes futuros del grupo", afirmó hoy Branson, cuyo imperio de negocios se extiende desde los transportes y la televisión, hasta los servicios financieros, la energía renovable y la asistencia sanitaria.

Virgin Megastore y HMV son, o mejor dicho eran, los únicos supervivientes de la fiebre que se desató a fines de los 80 en relación al negocio musical.

Empresas familiares como Andy Records, Tower Records, MVC, Music Zone o Fopp desaparecieron de forma paulatina de las calles británicas durante los últimos seis años, arrastradas por la caída de ventas de CD y el aumento de las descargas digitales de música y vídeo y de la piratería.