Hartos de las quejas de los viajeros, el aeropuerto danés decidió instalar cabinas telefónicas para usuarios de teléfonos móviles.
Peleas, reclamaciones, gritos, risas... el móvil ha convertido una conversación privada en una comunicación pública. En espacios cerrados, como en las salas de espera de los aeropuertos, el continuo griterío de los usuarios cuando hablan con el móvil es una invitación al estrés y al dolor de cabeza.
Una solución excelente es la aplicada por este aeropuerto, la de instalar cabinas para aquellos que desean conversar a través del móvil sin molestar a sus vecinos.
En la arte exterior de la cabina podemos encontrar este aviso: Please, speak softly or speak here.
