Los usuarios de productos y servicios tecnológicos tienen, como todos los consumidores, preferencias por determinadas marcas o dispositivos. Sin embargo, es un sector que desata pasiones y odios, quizás, solo comparables a las que mueven a los seguidores de los equipos deportivos. Los llamados ‘fanboys’ son auténticos feligreses de una religión en la que la traición hacía una marca opuesta es considerada un pecado capital.
Las comparaciones entre productos similares de distintas marcas son un tipo de artículo constante en las publicaciones especializadas ya sean revistas o blogs. Estas comparativas van inmutablemente unidas a la sección de comentarios del medio en cuestión donde las luchas más encarnizadas se desatan para ensalzar o hundir la última creación de una compañía determinada.
La revista Forbes ha elaborado su particular ‘top 5’ de los amantes y detractores de algunas de las marcas tecnológicas más populares entre los usuarios. Entre ellas, filosofías y modelos de negocio opuestos pero todas con un elemento en común: o se le quiere o se le odia, no importa la calidad o utilidad del producto que haya lanzado.
En el primer lugar figuran los ‘fanboys’ de Apple. La marca que mejor representa el auténtico fanatismo por un dispositivo. Según la publicación, su pasión «no conoce límites» y la compañía de Steve Jobs — su deidad particular– tiene la solución perfecta para cada aplicación. El único argumento que conocen es: «No entiendo por qué alguien que nunca ha utilizado un iLoquesea critica…».
La siguiente compañía que surge en el ‘top’ es, la que durante más de una década, fue la antítesis de Apple, la que apostaba por la popularidad antes que la exclusividad: Microsoft. Los ‘fanboys’, o en este caso, ‘antifanboys’ de la empresa de Redmond tienen grabado en su ADN una animadversión a Microsoft desde los tiempos de la «pantalla azul de la muerte» (BSOD, en sus siglas en inglés). Más tarde, IE6 o Windows Vista no ayudaron a mejorar las cosas.
Llega el turno para uno de los actores más importantes del panorama actual que ha pasado del ‘Don’t be evil’ a tener todos los números a desbancar a Microsoft en un imaginario ranking de odio: Google. El gigante del buscador sabe que la cima tiene un precio y sus detractores aprovechan las recientes polémicas en China, ‘Street View’ y la neutralidad en la Red para autoconvencerse de que la empresa de Mountain View algo está tramando.
El siguiente ejemplo de la revista lo resume en una frase: «El código abierto es su religión y Ubuntu es su dios». Quizás el sistema operativo más querido por los internautas que ven en el producto de Canonical el paradigma de la seguridad, la estabilidad, la política y la moral.
Por último, pero no por ello menos importantes, los ‘fanboys’ de Firefox, primos hermanos de los de Ubuntu. Según Forbes, la pureza técnica y la seguridad convence a los amantes del navegador web de Mozilla que lo defienden y evangelizan a capa y espada pero no entienden cómo hay internautas que sólo quieren encender el ordenador, utilizar el navegador preinstalado y «meterse» en YouTube o Facebook.
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