Cuarenta años después, Francia sigue fascinada por mayo del 68

Cuarenta años después de mayo del 68, Francia está disfrutando de una ola de nostalgia por la revuelta estudiantil que asaltó las calles del barrio latino de París, alimentando un debate sin fin sobre lo que se consiguió.

 

a entrada de la policía en la Sorbona el 3 de mayo de 1968 para desalojar a unos 300 estudiantes, reunidos para protestar contra el cierre de otra universidad, la de Nanterre (afueras de París), fue la chispa que prendió el movimiento que hace 40 años sacudió a la sociedad francesa y recorrió otros continentes.

El mítico Mayo del 68 fue, según uno de sus más emblemáticos líderes, el ahora eurodiputado Verde Daniel Cohn-Bendit, conocido entonces como 'Dany el Rojo', el lanzamiento de una generación, la del baby boom de la posguerra, 'a la conquista de las libertades'.

Para otro de sus protagonistas y ex director de 'Libération', Serge July, fue el encuentro entre una 'ola internacional' venida de Estados Unidos y el Reino Unido, amplificada por la guerra de Vietnam y con ritmo de rock, y 'una crisis francesa'.

El movimiento que acabaría paralizando el país durante más de un mes, por la huelga general decretada en el mundo obrero y extendida a otros sectores, partió de la universidad de Nanterre, ocupada parcialmente el 22 de marzo por un pequeño grupo contestatario. El cierre del centro les llevó a la Sorbona ese 3 de mayo.

Ante la entrada de la policía en ese 'santuario', cientos de estudiantes se fueron congregando por la noche en la plaza de la universidad parisina, subió la tensión, los agentes lanzaron gases lacrimógenos, hubo violentos enfrentamientos, decenas de heridos, y unos 400 jóvenes arrestados.

Les cayeron penas de cárcel a los revoltosos. Como un reguero de pólvora el movimiento se extendió a otras ciudades. El 10 de mayo quedó como la 'noche de las barricadas' en el Barrio Latino.

El primer ministro, Georges Pompidou, anunció la liberación de los arrestados, la retirada de la policía de la zona y la reapertura de la Sorbona para el 13 de mayo, pero ya era tarde.

Todas las centrales sindicales llamaron a la huelga para ese día.

Obreros y estudiantes unidos protagonizaron en París y en otras muchas ciudades manifestaciones masivas, en las que se coreó 'con diez años basta', en alusión a la vuelta al poder, diez años antes, del general Charles de Gaulle, fundador de la V República.

¿Qué queda del mayo del 68? Es una de las preguntas recurrentes hoy en el centenar de libros, documentales, coloquios y un sinfín de artículos de prensa que marcan esta conmemoración.

Los debates de televisión se han llenado de partidarios que dicen que las protestas del 68 ayudaron a liberar una sociedad aferrada al pasado contra los críticos que dicen que socavaron instituciones fundamentales y abrieron el camino a la descomposición social.

El llamamiento del ahora presidente de Francia, el conservador Nicolas Sarkozy, a 'liquidar la herencia de mayo del 68', durante su campaña electoral el año pasado, ha contribuido a azuzar el debate.

La rebelión libertaria e idealista contra los autoritarismos de derecha e izquierda y contra los arcaísmos que ahogaban a la sociedad gala alumbró, para Sarkozy, la crisis de la familia, de la escuela y la nación, y otros males como el 'dinero rey', 'el cinismo' y la contestación de 'todos los referentes'.

En vísperas del 40 aniversario, el mismísimo Daniel Cohn-Bendit cruzó el portal del Elíseo para reunirse con el jefe de Estado, al que regaló un ejemplar de su opúsculo 'Forget 68', con esta dedicatoria: 'Para Nicolas. La imaginación al poder, ¿para cuándo?'.

Era un guiño a uno de los eslóganes que han quedado, junto a 'Prohibido prohibir', 'Seamos realistas, pidamos lo imposible' o 'Cuanto más hago la revolución, más ganas tengo de hacer el amor', e imágenes de adoquines como material de barricada y proyectiles (desde entonces el alquitrán ha ganado terreno en París), nubes de gases lacrimógenos y asambleas permanentes.

Oponiéndose por igual al conservadurismo de De Gaulle y a un Partido Comunista al que atacaron por "estalinista", los estudiantes buscaban algo que la política tradicional no ofrecía, dijo Glucksmann.

"Fue muy feliz, muy alegre", sostuvo. "Pero para mí, no se trataba del disfrute, era, por encima de todo, una búsqueda de la verdad, y cuado uno descubre la verdad, es sorprendente, es gozosa", agregó.

"Toda conmemoración es estúpida", dijo Andre Glucksmann, otro destacado miembro de la generación del 68 a Reuters. "O glorificas mayo del 68 o se lo vitupera".

Para el socialista Henri Weber, el balance es importante: 'Es la libertad de contracepción y del aborto, la autoridad parental conjunta sobre los hijos, la posibilidad para las mujeres de abrir una cuenta bancaria sin la autorización previa del marido, el derecho a la igualdad profesional entre hombre y mujer'.

También, escribe, derivó en conquistas sociales, como el reconocimiento de las secciones sindicales en las empresas, 'el aumento del 35 por ciento de los sueldos bajos, la creación del salario mínimo, la formación permanente, los subsidios de desempleo', etc.

El 74% de los franceses, en un sondeo de CSA, piensa que Mayo del 68 tuvo un impacto positivo en la sociedad: el reparto de las tareas del hogar entre hombre y mujer, la sexualidad, las relaciones padres-hijos o el derecho sindical.

El debate sobre el impacto político sigue vivo. 'Cada vez uno se pregunta si Mayo del 68 fue una revolución cultural que tuvo éxito o una rebelión política que fracasó', escribe el joven filósofo Vincent Cespedes.

Para el sociólogo Jean-Pierre Le Goff, el movimiento 'moldeó un nuevo modelo de individuo, autónomo, sin deuda ni deber', fue incapaz de construir una alternativa creíble y dio paso a una desilusión y un alejamiento de la política.[tags]Mayo 68[/tags]