Educar a los jóvenes... la mejor manera de acabar con las "descargas ilegales", segun expertos

p2p-petit Inculcar a los niños desde la escuela el respeto por las obras y sus autores: es la solución por la que apuestan algunas sociedades de gestión de los derechos de autor, para lograr que los internautas no se descarguen ilegalmente música y películas.

'R.E.S.P.E.C.T' (respeto): es el título de la canción interpretada por Aretha Franklin en 1967 que los participantes en una Cumbre de Derechos de Autor organizada hace unos días en Bruselas han utilizado para lanzar un debate sobre la piratería audiovisual.

El eurodiputado español Manuel Medina Ortega es consciente de que se pasaron los buenos "viejos tiempos" en los que se compraban discos y cassettes y de que ha llegado el tiempo del iPod, el reproductor de Apple en el que se descarga música a través de internet. El eurodiputado afirmó en la cumbre en Bruselas que, al defender los derechos de autor, tenía "la impresión de apoyar la Edad Media".

El director general adjunto de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, Michael Kiplinger, recordó que los derechos de autor son "absolutamente cruciales".

Un ejemplo: la industria de la creación representa el 11% del Producto Interior Bruto (PIB) y el 9% del empleo en Estados Unidos. En el Reino Unido, supone un "8 o 9%" del PIB, más que otros sectores como los servicios financieros, subrayó Emma Pkie, director ageneral de British Music Rights.

Para ella, la crisis que atraviesa el sector no es un problema "en sí", sino sobre todo "un problema de imagen": hay que encontrar una mejor manera de recoger los derechos de autor, más adaptada a las nuevas tecnologías.

Más que criminalizar a los usuarios, habría que educarles, dijeron en la cumbre varios expertos.

"Amenazar al público con una sanción criminal no es la solución", advierte Cornelia Kutterer, de la Oficina Europea de los Consumidores. Kutterer lamentó la reciente decisión de un tribunal italiano, que le dio la razón a la empresa Peppermint, que reclamaba a Telecom Italia los nombres de más de 3.600 usuariso que habían puesto en línea una plataforma para compartir música.

Para el organismo estadounidense de protección de los derechos de autor, ASCAP, todo es una cuestión de educación a partir de los 10-14 años.

ASCAP ya ha empezado a difundir en las escuelas un tebeo en el que se ve a un adolescente que se descarga música gratis en su iPod o en su teléfono móvil y que descubre de repente que un mendigo o un vendedor de hamburguesas que tiene delante son compositores arruinados por la piratería.

"Los jóvenes se quedaron muy impresionados, porque no se daban cuenta de que hacían daño a seres humanos en sus descargas", cuenta John LoFrumento, director de ASCAP.

La Oficina Europea del Consumidor advierte, sin embargo, contra estas iniciativas. Hoy, cuenta Cornelia Kutterer, todo el mundo se comunica en las escuelas, desde productores de 'comida basura' hasta publicistas, pasando ahora por las sociedades de autor, "pero la gente no querrá enviar más a sus hijos a estas escuelas".

Los editores deberían apostar por "remuneraciones equitativas", según ella: recientemente la casa de edición musical EMI indicó que las descargas en sus sitios habían casi compensado la bajada de ventas de CD's.

Según Kutterer, el problema es "que los autores no recuperan el dinero". Así, para una descarga que factura un euro para la industria, ellos no ganan más que algunos céntimos...