Hace falta más dinero para apoyar la innovación y el surgimiento de nuevas empresas

emprender-dineroImpulsor Silicon Valley avisa que capital riesgo ha de aportar más que dinero

Agencias – El impulsor del Silicon Valley, Regis McKenna, dijo hoy que los inversores de capital riesgo han de aportar algo más que dinero para que los emprendedores puedan aprovechar de verdad su actuación cuando compran porcentajes de estas empresas.

«Se ha de buscar un inversor que sea capaz de interactuar, de aportarte no sólo gestión, sino también presentarte personas, estar en los consejos de administración de otras empresas, y tiene que haber una gran interacción», manifestó Mckenna.

Regis McKenna, un emprendedor de lo que ahora es la zona de desarrollo informático más importantes del mundo, con empresas como Google, Hewlett Packard o Apple, participó hoy en el ciclo Dinar Cambra con la conferencia «Silicon Valley: cómo crear un entorno para la innovación y el crecimiento económico».

De esa conferencia forman parte un foro de inversores estadounidenses en nuevas tecnologías denominado International Technology Forum (ITF 2007) con el objetivo de reunir proyectos punteros de Barcelona con fondos de capital riesgo y grupos inversores norteamericanos.

En este foro, un total de 60 empresas de pequeños emprendedores han presentado proyectos que suponen una inversión como mínimo de un millón de dólares y han intentado captar estos fondos.

Sobre los fondos de capital riesgo, McKenna señaló que «sé que no hay grandes promotores de capital riesgo en Barcelona, pero Steve Jobs -presidente de Apple- decía que lo que hace falta en este tipo de negocio es alguien que te diga no cuándo has de entrar, sino cuándo has de salir».

McKenna se remontó a los inicios de Silicon Valley, cuando muchos de los emprendedores emigraron a esa zona y «la mayoría de ellos atravesaron todo el país y al final era como un grupo de inmigrantes que vinieron a descubrir el oeste».

«Con 27 años y 200 dólares queríamos iniciar nuestras empresas, algo que no podías hacer en Pittsburg, de donde yo provenía», recordó McKenna.

Agregó que, en cierta manera, «le debo mi carrera a un director de mercadotecnia de una empresa de galletas de Pittsburg que, al enterarse de que tenía una oferta en el oeste, me dijo: tómala, no te quedes en este trabajo».

Para McKenna, una de las claves del éxito de este modelo en California es que «se apostaba por la contratación externa: se adquirían los componentes en Japón, en Taiwán, en Singapur, donde eran más baratos, y las gentes de Silicon Valley continuaron yendo hacia el oeste».

Recordó también que «IBM confió mucho en Microsoft y en Intel, que entonces eran empresas muy pequeñas; se buscó el talento estuviese donde estuviese. El PC, por ejemplo, fue una aportación de la gente joven, que lo trajo de la universidad a las empresas».

McKenna dijo que este camino no es fácil y que modelos como Google son una rareza, mientras que un tercio de las iniciativas empresariales fracasan.

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