Internet Explorer ¿una reliquia del pasado?

¿Se está quedando atrás tecnológicamente el browser dominante? No pocas voces opinan que sí.

Guillem Alsina ([email protected]) – Entre la aparición de la versión 6 del Internet Explorer y la 7 mediaron cinco años (de 2001 a 2006). IE 8 salió al mercado en 2008, aunque oficialmente el lanzamiento se produjo en marzo del 2009, y estamos a punto de acabar 2009 sin rastro de IE 9. En contraposición, Mozilla Firefox ha vivido desde 2004 la salida al mercado de cuatro versiones mayores* más numerosas versiones intermedias, Google Chrome ha lanzado hasta tres versiones desde finales de 2008 (cuando fue presentado en sociedad), Apple ha publicado hasta cuatro versiones de Safari en los últimos cinco años, y Opera ha lanzado multitud de revisiones de su browser.

Microsoft tardó en implementar un sistema de pestañas a su navegador permitiendo de esta forma que los usuarios abrieran diversas páginas web dentro del marco de la misma ventana cuando todo el resto de browsers ya disponían de él desde hacía algún tiempo. Y, en los análisis comparativos de velocidad entre navegadores web, el Internet Explorer no acostumbra a salir bien parado; es un programa que consume grandes recursos de memoria y cuyo motor de renderizado no es precisamente el más potente del mercado.

Cuando ya casi todos los navegadores incluyen soporte para la aún no aprobada especificación de HTML 5, Microsoft se queda en la cuneta hasta que presente el futuro Internet Explorer 9, que parece ser sí va a integrar soporte para los tags <AUDIO> y <VIDEO>.

Todos estos y otros síntomas han hecho que desde principios de esta década hasta hoy, el dominio de la compañía de Redmond en la arena de los navegadores web decayese desde un 95% hasta menos de un 65% a finales del mes pasado, una cifra que podría incrementarse si no fuese porque la mayoría de los usuarios finales occidentales parecen sentir un apego especial por este browser, pese a criticarlo con insistencia.

Lo peor no son las estadísticas, sino las críticas. Microsoft hace tiempo que es objeto de estas en sitios web especializados por estar quedándose tecnológicamente desfasada en uno de sus productos estrella tras Windows y Office. Estas mismas voces empiezan a clamar que la multinacional de Redmond abandone el desarrollo de su propio motor de renderización en favor de la adopción de un motor estándar, algo que han hecho en Apple y Google con WebKit (basado en KHTML). A este motor estándar, Microsoft le añadiría los extras necesarios para dotar a su navegador web de funcionalidades superiores a las que ofrece la competencia.

Sin embargo, si la compañía de Redmond adoptara esta política ¿qué diferenciaría su producto de los de la competencia? Actualmente, aún quedan no pocas organizaciones y servicios online cuyas páginas exigen el uso del Internet Explorer para su correcta visualización y funcionamiento, pese a que cada día esto es menos corriente comparado con la situación que se vivía hace unos años.

Con un motor de renderización estándar y no diferenciado de sus competidores, el Internet Explorer podría ser substituido fácilmente por otros productos, lo que a su vez abriría la puerta a sistemas operativos que compiten con Windows, ya que no se dependería de la plataforma de Microsoft para acceder a determinados servicios.

Pese a disponer de un amplio equipo de programadores para cada uno de sus proyectos, Microsoft parece no poder volcar tantos recursos en su navegador web como pueden hacerlo Mozilla y Google, ambas ayudadas por una basta comunidad de programadores y colaboradores que dedican parte de su tiempo libre a la construcción de una alternativa más que válida al browser de los chicos de Steve Ballmer.

El futuro, pues, pinta aciago para Microsoft en este campo como no dé un giro radical a lo que es hoy su navegador web, lo aligere de peso (que consuma menos recursos), y lo actualice con mayor frecuencia.

* Entre estas se incluye a Firefox 3.5 pese a no llevar un número de versión entero, como la 4.0 .

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