Justin Kan, el internauta que difunde las 24 horas de su vida a través de internet

justin-tv-petitJustin Kan es el joven de 23 años que a través de Justin.tv difunde su vida en directo las 24 horas del día. A diferencia del GH nacional, el protagonista comparte con una cámara colgada de su gorra

 

Bajo el eslogan «pierde el tiempo viendo cómo otra gente pierde tiempo», Justin.tv difunde en directo, las 24 horas del día, las peripecias de un joven de 23 años en un experimento que para algunos es el futuro de la televisión por internet y, para otros, pura tontería.

Nada queda al cubierto, ni siquiera sus actividades en el baño o en la cama, en la vida de Justin Kan, un joven de San Francisco (California) que decidió hace 12 días colgarse una gorra con una pequeña cámara que retransmite a la web Justin.tv en directo.

Esto permite a sus seguidores, y según él los hay a cientos, controlarle constantemente a través de las pantallas de su ordenador y charlar con él a través del correo electrónico o pantallas de «chat», en un experimento de «videoblogging».

El éxito ha sido tal que Justin.tv ha tenido que reclutar voluntarios para que resuelvan las dificultades técnicas del aluvión de tráfico y ayuden a que el espectáculo continúe.

Según Paul Graham, fundador de «Y Combinator», una «incubadora» de nuevas compañías que apoyó económicamente a Justin.tv, el plan es reclutar a cientos de personas que, al igual que Kan, lleven estas cámaras colgadas del sombrero.

Cada uno se convertiría en su propio canal, de manera que los televidentes escogerían el que más les interesase en ese momento.

«Con cientos de personas, siempre habrá algo interesante. ¿Por qué va alguien a querer encender su televisor?», se preguntó Graham en declaraciones al diario «San Francisco Chronicle».

De acuerdo con esta teoría, éste será el futuro de la televisión, al menos para el segmento formado por los jóvenes de entre 18 y 35 años, los que menos enganchados están a la tele.

Andrew Keen, autor del libro de próxima salida al mercado «The Cult of the Amateur» (El culto del aficionado), cree que este nuevo tipo de «narcisismo digital» no sólo está destinado al fracaso, sino que sus autores lo recordarán con vergüenza cuando lleguen tiempos más sobrios, al igual que ocurrió con el «boom» y posterior colapso de las «puntocom» a finales de la década de los 90.

«Esto hace que Second Life (el mundo virtual más de moda en la red) parezca la BBC», dijo Keen.

Lo cierto es que la iniciativa incluso cuenta con un modelo de negocio -aunque algo peculiar- que consiste en colgar carteles publicitarios de automóviles de alquiler o las bebidas energéticas que Kan engulle a litros en su desordenado apartamento, donde se desarrolla buena parte de la acción.

Justin.tv es la última versión de una vieja idea que se ha llevado al cine en, por ejemplo, «The Truman Show«, con Jim Carrey.

Además JenniCAM se convirtió en 1996 en uno de los primeros sitios en instalar una web en un domicilio, el de una joven llamada Jennifer, para mostrar los detalles de su vida privada.

El objetivo a corto plazo de Kan es aparecer en el popular programa de televisión de Jay Leno, algo que parecía disparatado unos días atrás, pero que, gracias a la cobertura a toda página en el principal diario de la ciudad, ahora parece más plausible.

Graduado en física y filosofía por la Universidad de Yale, no es la primera vez que Kan se dedica a exponerlo todo.

En otra ocasión no tuvo reparos en posar cubierto de espuma de afeitar en un calendario para recoger dinero para las víctimas del maremoto del sudeste asiático.

Las reglas son estrictas. Nunca se quita de encima la cámara salvo para dormir, el único momento en el que se filma a sí mismo.

Kan hace, por lo demás, vida normal, incluido encargarse de Justin.tv en un giro posmodernista, y charlar con admiradoras que parecen de lo más interesadas en una vida que, por lo demás, parece de lo más normal.

justin-tv-portadaEntre los incidentes que dieron un poco de vidilla a Justin.tv, está el susto que se dieron Kan y sus compañeros cuando alguien llamó a la policía para alertar sobre un apuñalamiento (falso) en su apartamento.

La policía entró con las pistolas en alto, y todo ello quedó grabado en la web.

Ver su vida, en cualquier caso, es bastante soporífero, al igual que lo es leer la tonelada de blogs, perfiles en MySpace o vídeos en YouTube de internautas dedicados a mirarse el ombligo.

A pesar de todo, Kan no lo dejará pronto. Como dijo el viernes, «seguiré mientras sea divertido». Divertido para él, se entiende