El Gobierno británico quiere que la industria de Internet ayude a combatir el integrismo islámico en la web, de la misma forma en que coopera en la lucha contra los delitos sexuales contra niños, dijo el jueves la ministra del Interior, Jacqui Smith.
Agencias - En su primer discurso importante sobre cómo combatir el integrismo islámico, Smith trazó una analogía entre el reclutamiento de jóvenes impresionables en Internet y el acecho de niños que hacen los pedófilos en la red.
"Déjenme ser clara. Internet ya no es una zona en la que el Gobierno no entra", dijo en conferencia de seguridad.
"Si estamos preparados y tenemos voluntad para tomar acciones para frenar el acecho a jóvenes vulnerables en sitios de redes sociales, entonces creo que deberíamos tomar acciones contra quienes tratan con personas vulnerables para fines del extremismo violento".
Smith dijo que tenía previsto consultar a la industria de Internet en las próximas semanas. "Donde haya material ilegal en la Red, quiero retirarlo", dijo.
Posteriormente dijo a los periodistas que debería ser posible desarrollar filtros para retirar material extremista de sitios web como los habitualmente usados para impedir que los niños accedan a contenido adulto.
"El hecho de que algo sea difícil no quiere decir que no debamos intentarlo", dijo.
Dificultades
Muchos de los profesionales de Internet son escépticos sobre la viabilidad de cerrar sitios web de extremistas, que puedan ser gestionados desde cualquier lugar del mundo, o bloquear el acceso a ellos. Cuando los sitios se cierran, el mismo material surge instantáneamente en cualquier otro lugar.
La Comisión Europea planteó el año pasado la idea de intentar bloquear las búsquedas en Internet de material como instrucciones para fabricar bombas y obligar a los proveedores de servicios de Internet (PSI) a impedir el acceso a sitios que los contengan, pero posteriormente retiró el plan.
Los PSI ya cooperan con la policía para cerrar sitios que son claramente ilegales, como aquellos que comercian con pornografía infantil. Sin embargo, creen que combatir a los activistas implica asuntos como la libertad de expresión y distinciones sutiles entre material que es ilegal y contenido que es meramente censurable.
Apuntan que no es su labor controlar los miles de millones de páginas y que deben ser las autoridades las que les planteen qué contenidos son delictivos. (Por Mark Trevelyan)
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