Los surcoreanos sueñan con un trabajo en Samsung

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En una abarrotada escuela de preparación en la ciudad portuaria de Busan, en Corea del Sur, 70 estudiantes corean "¡Podemos lograrlo!" al estudiar un examen que esperan les garantice un empleo de por vida en Samsung Group.

La promesa de trabajar en Samsung, cuyo enorme imperio empresarial va desde electrónica de consumo a barcos, ofrece no solo un buen salario con beneficios, sino la clave para casarse bien en este país asiático en el que las tradiciones de Confucio aún pesan mucho.

Las rondas bienales de contratación por parte del "chaebol", los gigantes como Samsung y Hyundai, han favorecido que surja una gran cantidad de escuelas que ayudan a preparar las pruebas, en una industria auxiliar valorada en millones de dólares, mientras los jóvenes siguen haciendo lo que hacen desde los cinco años: competir.

"Llegué a las 10 esta mañana y me prepararé para la entrevista hasta las 8 p.m.", dijo Shin Seong-hwan, de 25 años, cuyo padre es un empleado de Samsung cerca de Busan.

Shin ya ha aprobado el examen de aptitud de la empresa y ahora afronta unas agotadoras entrevistas que acabarán a finales de mes.

En la actual ronda, Samsung contratará a 5.500 jóvenes de entre los más de 100.000 solicitantes, lo que se suma al ambiente de presión.

"Un trabajo en un conglomerado puede salvar tu dignidad y ante tus padres", dijo Hur Jai-joon, un importante investigador en el Instituto Laboral de Corea, un organismo de investigación con fondos públicos.

Para la mayoría, es un sueño imposible, ya que las 30 mayores empresas emplean a solo el 6,8 por ciento del total de los trabajadores del país, según la Federación de Industrias Coreanas.

Las plazas son tan preciadas que los estudiantes gastan mucho dinero en las escuelas de preparación, libros de texto y conferencias en Internet.

"Si no vienes aquí, no tendrás la información adecuada", afirmó Im Chan-soo, director de LCS Communication, que dirige clases privadas para entrevistas de trabajo en Samsung en Busan.

Los libros pueden costar unos 20 dólares cada uno. Las tutorías privadas, hasta miles de dólares.

Los detractores del sistema argumentan que es otra capa de miseria para los universitarios, que desde la guardería pasan por múltiples pruebas y preparaciones.

En Corea del Sur, el 65 por ciento de los jóvenes entre 25 y 34 años han ido a la universidad, la tasa más alta entre los 34 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. En cambio, solo el 13 por ciento de los ciudadanos entre 55 y 64 fue a la universidad.

Samsung parece empezar a darse cuenta de que un proceso tan competitivo podría no ser bueno para los jóvenes, y recientemente advirtió del aumento de los "costes sociales y financieros" del proceso de contratación, pero no identificó una solución.

"Quiero entrar en Samsung para que mi madre pueda presumir de su hijo", dijo Han, un ingeniero que se presentó a un puesto en Samsung C&T, la filial de ingeniería, construcción y equipamiento.