Navidad sin Tarjetas de crédito: ¡Se acabó el crédito!

Con un porcentaje de impagos del 5,5% los emisores de tarjetas de crédito quieren cerrar el grifo a aquellos que ya tienen deudas o que han sido despedidos. El objetivo evitar que acumulen sus compras del periodo navideño en sus tarjetas

Artículo realizado en base a una información de ERIC DASH / (New York Times-AP) - La crisis financiera ha comenzado a afectar a las tarjetas de crédito. Primero vino la crisis de las hipotecas. Ahora llega la crisis del crédito.

Luego de muchos años de hacer llover ofertas de tarjetas de crédito sobre las cabezas de los estadounidenses y de concederles líneas de crédito de aquí al cielo, los prestamistas están recortando drásticamente ambas, en un momento en que la erosión de la economía oprime a los consumidores.

La retirada está afectando incluso a consumidores con excelente crédito, y amenaza a la industria bancaria, ya plagada de problemas, con otra ola de pérdidas sin precedentes, después de una edad de oro en que recaudaron ganancias casi récord con el negocio del crédito fácil que ayudó a crear.

Se estima que los prestamistas perdieron unos $21,000 millones en préstamos a crédito durante la primera mitad del 2008, cuando cada vez más prestatarios no pudieron hacer sus pagos. Con las empresas despidiendo a decenas de miles de trabajadores en medio de la crisis, la industria podría perder otros $55,000 millones durante el próximo año y medio, según los analistas. En estos momentos, el total de las pérdidas alcanza el 5.5 por ciento de la deuda de las tarjetas de crédito, y podría sobrepasar el nivel del 7.9 por ciento que alcanzara cuando reventó la burbuja tecnológica en el 2001.

"Si el desempleo sigue aumentando, las pérdidas netas en tarjetas de crédito podría exceder las normas históricas'', opinó Gary L. Crittenden, director de finanzas de Citigroup.

Ante semejantes condiciones, las compañías que entregan tarjetas como MasterCard, Visa y otras se apresuran a taponar la hemorragia, al mismo tiempo que opciones antes fácilmente accesibles a los prestatarios para pagar sus deudas de tarjetas de crédito, como las líneas de crédito sobre el valor adquirido de sus casas o la habilidad de transferir los saldos a una tarjeta nueva, se van cerrando.

Los grandes prestamistas, como American Express, Bank of America, Citigroup y hasta la cadena minorista Target, han comenzado a hacer más estrictos los requerimientos para los solicitantes y están esquilando sus carpetas para eliminar los clientes de mayor riesgo. Capital One, otro importante prestamista, por ejemplo, procedió rápidamente y de forma dinámica a cerrar cuentas inactivas y a reducir las líneas de crédito de sus clientes en un 4.5 por ciento en el segundo trimestre con respecto al período anterior, según sus archivos regulatorios.

Los prestamistas están esquivando a clientes que ya tienen deudas y bajando los límites de crédito a clientes ya existentes, especialmente los que viven en áreas plagadas por la crisis de la vivienda o que trabajan en industrias amenazadas.

En algunos casos, los prestamistas están incluso cerrando líneas de crédito luego de comprobar que los dueños de sus tarjetas compran en las mismas tiendas que otros prestatarios de alto riesgo o que tienen hipotecas de ciertas compañías.

Aunque estos cambios protegen a los prestamistas, algunos afectan a los consumidores. El resultado podría ser un puntaje más bajo de crédito, lo que obliga al prestatario a pagar mayores tasas de interés y le hace más difícil obtener préstamos. La reducción de sus líneas de crédito puede hacer más difícil a los consumidores manejar su presupuesto, ya que los prestamistas tienen 30 días para notificar a sus clientes, y a menudo esperan a hacerlo hasta después de haber tomado la medida.

La profundidad de la crisis financiera ha conmocionado a una nación adicta al crédito y la ha obligado a reconsiderar sus hábitos. Muchas familias que antes se contentaban con comprar ahora y pagar después están decidiendo usar menos sus tarjetas de crédito. El Departamento del Tesoro, que está gastando miles de millones de dólares del dinero de los contribuyentes para arreglar un desastre económico causado en parte por el crédito fácil, comenzó recientemente una campaña que invita a los consumidores a inscribirse en el Bad Credit Hotel (el Hotel del Crédito Malo), un juego de internet que enseña los fundamentos para mantener un buen crédito.

Al mismo tiempo, el factor miedo se ha profundizado entre los prestamistas, en un momento en que la crisis hace difícil para algunos clientes en apuros financieros no confiar en las tarjetas de crédito incluso para necesidades básicas, como la gasolina y la comida.

"No vamos a decir, hurra, esto se acabó y empezar a dar crédito como lo hacíamos antes sin temor alguno'', dijo en una reciente llamada de conferencia Jamie Dimon, ejecutivo principal de JPMorgan Chase. "El que no tiene miedo está loco''.

Los que tienen buen crédito no serán la excepción de la regla. American Express, que tradicionalmente ofrecía servicios a clientes más adinerados, dijo que comenzaría a aumentar las tasas de interés en 2 o 3 puntos de porcentaje a una gran cantidad de sus clientes, una medida que podría, por ejemplo, convertir una tasa del 15 por ciento en una del 18 por ciento.

"Pensamos que es algo prudente, considerando la naturaleza de estos productos y el ambiente económico que enfrentamos'', comentó Daniel Henry, su director de finanzas, en una reciente llamada de conferencia.

Algunos programas de recompensas también se han hecho más tacaños, a medida que los prestamistas reducen gastos para ahorrar dinero. Las compañías de tarjetas de crédito, por ejemplo, están sustituyendo un televisor Sony de pantalla grande por otros de marcas más baratas en un intento por reducir el costo de sus premios.

Para los consumidores con un crédito no tan bueno, las compañías están cancelando sus ofertas de promoción que permitían a los prestatarios no pagar interés por meses, en un intento de adelantarse a regulaciones más estrictas de préstamo que están proponiendo los reguladores bancarios federales y el Congreso.

Las nuevas regulaciones, aunque beneficiosas para los consumidores, reducirán las ganancias para las tarjetas de crédito en cuanto a sus clientes de mayor riesgo. JPMorgan dijo que estaba retirando algunos de sus préstamos de tasa de interés disminuida para atraer clientes porque eran escasamente rentables. Discover Financial acortó la duración de sus ofertas de cero saldo.

Y los prestamistas, en general, han reducido la inundación de ofertas por correo a un chorrito, con medidas que se traducirían en unas 13 cartas menos al año para la familia estadounidense promedio que en su cúspide, que fue en el 2005. Las ofertas por correo tanto a nuevos clientes como a clientes ya existentes podrían bajar de 8,400 millones, el nivel más bajo desde el 2004, según Mintel Comperemedia, una firma de invesitgación de mercadeo directo.

Las solicitudes por internet de tarjetas de crédito han bajado por primera vez en cinco semestres, en parte debido a que los clientes reciben menos ofertas por correo que los lleven al internet, de acuerdo a información de comScore, firma de investigación de mercadeo por internet.

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