Timothy Plan, una compañía de inversión estadounidense de caracter conservador ha iniciado su propia campaña en contra de aquellos juegos que considera inapropiados por su carga de violencia o referencias sexuales.
La lista formada por 30 títulos es una recomendación a todos los padres con creencias cristianas para prohibir a los niños que jueguen con ellos o para eliminarlos de las compras navideñas.
En la lista podemos encontrar juegos cuyo contenido violento es del todo conocido como Grand Theft Auto IV o Saint’s Row 2. Más curioso es cuando «prohiben» dos juegos por tener contenido homosexual, como Mass Effect y Army of Two. Y es que la lista incluye desde títulos conocidos por su violencia a otros que incorporan «lenguaje soez», «referencias no condenatorias a la homosexualidad» o «blasfemias».
Censura y Códigos de Edad
Uno de los grandes problemas de estos colectivos conservadores es su ignorancia en cuanto a las normas que la propia industria ha adoptada para clasificar a los videojuegos. Bajo las siglas de PEGI en Europa o ESRB en los EEUU, los fabricantes catalogan la edad apropiada para cada videojuego.
Se entiende que cualquier persona mayor de edad es libre de poder jugar a aquellos videojuegos que desee. La industria presupone, cosa lógica, que su capacidad de decisión es suficiente para elegir que título comprar o jugar en su consola, sea violento o sexual y siempe, claro esta que no sea contrario a las propias leyes.
A partir de esa edad, los código PEGI /ESRB indican a los padres cúal es la edad apropiada para cada juego y por supuesto, nadie recomienda, que un níño de 12 años juegue al GTA IV.
El problema con estos grupos conservadores es que confunden sus propias creencias con las leyes de cada país intentando imponer una censura sobre todo aquello considera «inapropiado», no solo para quienes comparten sus creencias sino también para el resto de la sociedad. Y eso tiene su nombre: «censura».
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