La compañía japonesa decidió llevar a cabo una curiosa estrategia de promoción en Australia. Convocó a varios medios especializados a presenciar una orgia de destrucción que además sería grabada. El objetivo: impactar, una de las mejores formas de lograr protagonismo.
Según recoge Gizmag, la compañía preparó la impactante escena en unas instalaciones de Melburne. Frente a unos raíles de 200 metros, los ingenieros de Sony colocaron una Sony Bravia KDL46X3100 Full HD LCD de 46 pulgadas, valorada en más de 3.500 euros. Sin embargo, la espectacular televisión de Sony no estaba sola.
Al otro lado de los raíles se encontraba un carro autopropulsado con una Playstation 3 Slim de 129 GB (299 euros) que iba a ser propulsada a 80 kilómetros por hora. El resultado no podía ser otro que el espectacular choque de dos codiciados aparatos de una de las firmas más importantes del sector. Todo ello fue grabado por cámaras de alta definición 'slow motion' para captar hasta el más mínimo fotograma del impacto.
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