Tras varias advertencias de la Dirección General de Tráfico (DGT) sobre el peligro que supone manipular el GPS mientras se conduce, la prohibición se acerca.
El principal responsable del organismo, Pere Navarro, anunció ayer su intención de incluir en la próxima reforma de la ley de seguridad vial el veto a introducir datos en esos aparatos cuando el coche circula.
La explosión de las ventas de los GPS, registrada en los últimos dos años, despertó todas las alertas en la DGT. Se empezaron a detectar despistes causados por su mal uso. Introducir el nombre de la calle en el aparato distrae tanto o más la atención que el uso del teléfono móvil, por lo que es causa de accidentes. Navarro optó en primera instancia por desaconsejar el uso. También se reunió con los fabricantes para pedirles la introducción de un mecanismo que impidiera la manipulación con el coche rodando.
Ante el escaso efecto que, al parecer, han tenido ambas iniciativas, el director general está decidido a proponer la prohibición en cuanto se aborde la próxima reforma de la ley de seguridad vial, probablemente al poco de dar comienzo la próxima legislatura. Eso sí, siempre que el PSOE consiga la reelección.
El director general, que participaba en una jornadas de trabajo organizadas por la fiscalía de seguridad vial, advirtió también contra el uso del manos libres del móvil. No está prohibido ni lo estará, pero eso no quiere decir que no sea peligroso. Es fuente de muchos despistes.
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