Google se encuentra en medio de una batalla legal sobre uno de sus servicios más utilizados, el sistema de correos Gmail, que ha sido acusado de funcionar como "una máquina para reunir datos secretos". Sin embargo, esto no es lo llamativo de este caso, sino la defensa del gigante de internet que ha señalado durante esta semana que los usuarios que envían textos a una cuenta Gmail, no tienen una expectativa de privacidad.
Esta noción de Google sobre quienes utilizan sus servicios se debe a que, al enviar un correo a Gmail, este "voluntariamente" pasa a manos de una tercera parte, además de quién lo envió y el receptor. Por tanto, el gigante de internet tiene el derecho de tomar estos mensajes para procesarlos por virus, dividirlos entre categorías y especialmente, definir la publicidad que mostrará de acuerdo a los mensajes del usuario.
Para explicarse, la compañía señaló que su sistema funcionaba de la misma forma que cuando una persona manda un correo análogo a una empresa. Según Google, en este caso es posible que una de asistente de ese lugar pueda abrir este sobre y leer su contenido antes de que llegue a su destinatario final. Algo que además tiene bases legales en una ley dictada en 1979, que habla precisamente de estos casos donde los ciudadanos "no pueden tener expectativa de privacidad".
Esta idea fue inmediatamente refutada por grupos defensores de privacidad en línea señalando que Google usa una analogía incorrecta, ya que su servicio es realidad como una Oficina de Correos. "Yo espero que Correos entregue una carta basados en la dirección que aparece en el sobre, y no que el cartero pueda leer lo que va en su interior mientras va camino a entregarla", señaló John M. Simpson, director del Proyecto de Privacidad que alzó esta demanda.
Sin embargo, no todos estarían de acuerdo con este planteamiento. Sitios especializados en tecnología señalan que esta no es una característica precisamente nueva del servicio, dado que dentro de su misma política de privacidad está inscrito el uso de los correos para generar publicidad personalizada a sus usuarios, por ejemplo.
Finalmente, la decisión de si es o no viable el comportamiento de Google quedará en manos del jurado que se espera resuelva este caso a partir del próximo 5 de septiembre en California, y que podría establecer un nuevo precedente sobre temas de privacidad en línea.